Todo comenzó en 1896, en la localidad de San Carlos Norte, Provincia de Santa Fe, cuando Don Juan María Lheritier y Don Juan Orse deciden asociarse para elaborar productos alimenticios, con el objetivo de abastecer de los más deliciosos sabores a toda la región. En 1919 Don Juan María Lheritier adquiere la totalidad del fondo de comercio, emprendiendo una nueva etapa de la compañía junto a su familia.
En el año 1958, la empresa decide apostar fuertemente al futuro, generando un importante proceso de transformación, incorporando equipos y maquinarias de tecnología alemana, italiana e inglesa, convirtiéndose de esta manera en una moderna planta industrial.
Ya reconocida en el mercado por el particular sabor de sus caramelos, Lheritier inicia la elaboración de chupetines, logrando un importante rol en este segmento.
Las estrategias de producción, la búsqueda de nuevos mercados y la necesidad de desarrollo y expansión constante condujeron a la producción de una nueva línea de turrones y confituras, para satisfacer a los clientes más exigentes.
Sobre esta historia, protagonizada por la visión y la fuerza de una familia de emprendedores, Lheritier ha adquirido un importante rol en el sector de los chupetines, como productos y proveedor de productos de la más alta calidad.